Lo bueno de tener amigos cocineros es que pueden enseñarte sus truquillos, para que quedes como todo un chef. Esta tartita me la enseñó mi amigo Borja hace tiempo y siempre triunfa en mis cenas de amigos. Fácil de hacer y súper vistosa, será el centro de atención de tu mesa buffet.
Ingredientes:
1 paquete de pasta filo
nata para montar
fresas
kiwi
mantequilla
azúcar glass
Elaboración:
Esta tarta es muy fácil de hacer, lo único que necesitas es un poco de maña y delicadeza para montarla.
Lo primero que vamos a usar es la pasta filo, que mucha gente confunde con la pasta brick, pero que no es la misma. La pasta filo es fina y ligera, se hace con harina blanca de trigo, agua y sal, y la brick con sémola de trigo, es un poco más gruesa, con una apariencia más rústica y resistente. La filo es originaria de Grecia y Turquía, y la brick de Túnez y Marruecos. Para esta receta comprad la pasta filo.
Extiende las hojas de pasta, son muy finas y frágiles, vienen separadas entre si con un papel vegetal. Marca círculos del tamaño que quieras en la pasta, y recorta con cuidado 9, para hacer las capas. Haremos 3 bases, formadas por 3 hojas cada una.
Para ello necesitamos mantequilla derretida, y un pincel. Cogemos el primer círculo y lo pintamos de mantequilla con un pincel, ponemos otra y hacemos lo mismos, y así 3 veces. Terminamos con una última capa de mantequilla. No hay que empaparlo en mantequilla, que si no se nos van a romper, es un trabajo delicado. Lo pincelamos encima del papel de horno, para no tener que moverlo una vez hecho.
Una vez hechas las tres bases, lo metemos en el horno a 180 grados, durante unos 5 minutos mas o menos, hasta que estén doraditas y crujientes. Las dejamos enfriar y reservamos hasta el montaje.
Ahora vamos a montar la nata. Necesitamos nata con un alto contenido en grasa, como un 35%, y que esté bien fría. Lo ideal es que la tengamos en la nevera unas 12 horas antes de batirla, y los utensilios también tienen que estar fríos. Podemos ponerle un poco de azúcar glass para endulzarla o dejarla así, depende de cómo nos guste más, yo la endulzo muy poquito. Una vez montada la vamos a meter en una manga pastelera y la guardamos en la nevera hasta que la usemos.
Ahora vamos a cortar las fresas en cuartos y el kiwi en rodajas. A la hora de montarlo, simplemente pondremos capas de nata y frutas entre las bases, haciendo una decoración bonita. Antes de poner la última base le espolvoreamos azúcar glass, y después la pondremos como remate de nuestra tartita.
Es importante montarla cuando se vaya a servir, no dejarla montada en la nevera, porque se pondrá blanda.
Si tienes que preparar varias, puedes pedirle a tus invitados que te ayuden con el montaje, e incluso podéis hacer una competición, para ver quien la deja más bonita!! Seguro que será el principio de una sobremesa genial. Hasta la próxima semana!