Autor: marquesa

A veces de la necesidad salen ideas geniales, como la de esta tarta, que se ocurrió porque tenía melón en casa como para una familia numerosa y no sabía que hacer con él. Así que despide las vacaciones por todo lo alto, con esta tarta de aprovechamiento.

Elaboración:

Para la masa, juntamos en un bol todos los ingredientes, hasta obtener una masa homogénea. Esta masa va a resultar difícil de trabajar, así que una vez la tengamos, vamos a extenderla entre dos papeles de horno, y la vamos a poner una ratito en el congelador, para que la mantequilla se endurezca y podamos cubrir el molde con ella. Cuando veamos que se pueden despegar los papeles de horno con facilidad, cogemos un molde desmontable de unos 20 cm y lo forramos con la masa.

Lo metemos al horno unos 15 minutos a 200 grados, para que haga una media cocción.

Mientras tanto vamos a hacer como una crema pastelera, pero en vez de leche vamos a usar el melón triturado, así que lo primero que vamos a hacer es triturar bien el melón con la batidora de mano, queda con una consistencia bastante liquida. 

Mezclamos en una olla el melón, con los tres huevos, la harina tamizada, el azúcar y un poco de esencia de vainilla. Lo integramos todo bien, y lo llevamos a fuego medio, vamos a revolver todo el rato para que no se pegue, hay que hacerlo con una espátula, no con varillas, porque así vemos si se está pegando al fondo o no. Va a tardar un poquito en espesar, pero es mejor hacerlo a fuego medio, aunque tarde un poco más. Una vez que espese bien lo retiramos del fuego.

Ahora vamos a poner nuestra crema sobre la base que hicimos antes, dentro del molde, y lo volvemos a meter al horno, a la misma temperatura. Vamos a dejarlo como unos 25 minutos, hasta que veamos que se pone de ese color doradito la crema.

Lo dejamos enfriar bien antes de desmoldarlo y listo!! A disfrutar! os aseguro que os va a encantar esta textura tan cremosa y flanera. Hasta la semana que viene!

La combinación de manzana y canela es una de mis favoritas, así que inspirada por este par de días de lluvia, he hecho esta receta de pastelitos de hojaldre para tomar calentitos, que está de vicio.

Elaboración:

Pelamos las manzanas y las cortamos en cuadraditos irregulares, como de 1×1 cm. Les añadimos zumo de limón para que no se pongan oscuros.

Ahora vamos a cocinarlos en una sartén, con la mantequilla, 5 cucharaditas de canela y el sirope de agave, yo quería hacerlos así porque me encanta el sabor, pero lo podéis sustituir por otro tipo de azúcar.

Lo vamos haciendo a fuego medio/bajo, hasta que estén cocinados, una media horita más o menos., y listo, ya tenemos nuestro maravilloso relleno de manzana y canela.

Ahora viene la peor parte, porque tenemos que dejar enfriar un poco el relleno, para poder trabajar mejor con el hojaldre. No os lo comáis mientras enfría, que os conozco.

Precalentamos el horno a 180, y vamos a prepara nuestros moldes. Yo los hice en la típica bandejita para hacer muffins, si la tenéis en casa, genial, y si no, buscad algún molde tipo flanera individual, porque necesitamos algo que haga de sujeción para la masa. Untamos el interior de los moldes con mantequilla, para evitar que se peguen.

Extendemos el hojaldre y cortamos un círculo. El tamaño de círculo tenéis que calcularlo en función de vuestro molde, tiene que cubrir la base y las paredes hasta arriba. Ponemos el círculo en cada molde y lo acomodamos bien, pinchamos el fondo con un tenedor.

Ahora vamos a rellenar el hojaldre con los trozos de manzana, las cantidades que os pongo llegan para 6 pastelitos del tamaño de mi molde, la típica bandeja para 12 muffins.

Ahora viene el momento de cerrarlos, podéis cubrirlos enteros, o hacer todo tipo de diseños con el hojaldre, así que a jugar!!!

Ahora vamos a pincelarlos con huevo batido, para que tenga un color más bonito. Los metemos al horno 20 minutos y listo! Espero que os gusten y  disfrutéis con toda la familia. Hasta la semana que viene!

Hoy es mi cumpleaños, y siempre los celebro con la súper tarta de chocolate que me hace mi amiga Rosa Portela, pero como esta sección se llama las recetas de Teresa, se ve que este año me toca trabajar un poco en mi cumple!

Para celebrar mi cumpleaños he querido versionar otra de mis tartas favoritas, la tarta de queso de Lestedo. Además hacía tiempo que me estabais pidiendo una tarta de queso sin horno, así que dos pájaros de un tiro!

Para la base he elegido galletas tipo Oreo, así que lo primero que vamos a hacer es quitarles el relleno. Una vez que tengamos los 95 gr. de galletas, los vamos a triturar. Quiero una arena fina, así que lo hice con la picadora.

Ahora vamos a mezclarlo a mano con la mantequilla, amasad bien y añadid una pizca de sal, para que nos de contraste. A mi me gusta que se note el punto de sal, pero esto va en gustos, así que podéis hacerlo también sin la sal. Con esta mezcla vamos a hacer la base de los vasitos, poned dos cucharadas en cada vasito y lo aplastáis bien. Es importante la proporción, por eso quiero una base fina. Una vez bien aplastaditas las bases, lo metemos en la nevera.

Las hojas de gelatina tenemos que hidratarlas en agua con hielo antes de usarlas, así que ponedlas ya en remojo, antes de poneros con las siguientes cosas.

Ahora vamos a coger el queso crema y lo vamos a batir a mano con una espátula, hasta que se ablande y se ponga de verdad como una crema. Lo reservamos.

Vamos a montar la nata, pero antes apartamos un poquito en un cazo para calentarla, unos 50 ml. Calentamos ese poquito y cuando hierva la sacamos del fuego, y le añadimos las hojas de gelatina escurridas, veremos que se derriten al momento, lo revolvemos un poquito para que se integre bien, y lo dejamos enfriar un par de minutos. Después se lo añadimos al queso crema y removemos bien.

Para montar la nata necesitamos que tanto la nata como el recipiente en el que se monte estén muy fríos. Vamos a hacerlo en una velocidad media, y añadiendo el azúcar poco a poco, para que monte bien. No hay que montarla en exceso, porque se nos puede pasar y convertirse en mantequilla. Hay que hacerlo con delicadeza, y cuando veamos que la varilla hace surcos en la nata, lo paramos.

Una vez montada la mezclamos con el queso crema, con movimientos envolventes, para que no se baje. La pasamos a una manga y rellenamos nuestros tarritos hasta la mitad. Ponemos unos trocitos pequeños de chocolate blanco, y volvemos a rellenar hasta arriba. Lo dejamos enfriar en la nevera un par de horas antes de decorarlo.

Una vez frio ponemos encima frambuesas, un poquito de galleta rallada y listo!!! Espero que os guste esta versión informal y veraniega de la tarta de queso, así emplatada en tarritos es ideal para las fiestas, y hablando de fiestas…feliz cumpleaños a miiii!!!

Volvemos a los postres tradicionales, para disfrutar de mi versión de este típico postre francés, pero con higos maduros, para aprovechar la fruta de temporada.

Elaboración:

Engrasamos un molde con un poco de aceite o mantequilla.

Cortamos lo higos en cuartos y los repartimos por el molde., yo he puesto menos de lo que os pongo en la receta, porque soy un desastre y la verdad es que me fui comiendo alguno en los preparativos, pero vosotros ponedlos todos. 😉

Esta semana no he querido usar el robot, así que lo he batido todo a mano con unas varillas, para que os salga justo como a mi.

Echamos los huevos en un bol y los batimos junto con un chorrito de  esencia de vainilla.

Agregamos el azúcar y volvemos a batirlo bien.

Ahora vamos a ir agregando poco a poco la harina tamizada, lo hice como en unas 5 veces, removiendo bien para que se integrara de cada vez.

Añadimos la leche y volvemos a revolver. Yo he puesto esa leche, porque es la que estoy usando ahora y me gusta mucho, pero podéis poner de cualquiera que tengáis por casa, ya sea vegetal o de vaca.

Una vez que esté todo bien batido, lo vertemos sobre los higos y listo!!! Es increíblemente fácil de hacer.

Ahora al horno a 180 grados, unos 45/50 minutos, hasta que esté bien cuajado. Fijaron en el centro, que esté doradito y firme.

Lo dejamos enfriar y listo!!! Espero que os guste este postre, porque podéis hacerlo con mil variantes, el clásico es con cerezas, y está muy bueno, aunque confieso que no lo hice porque no tengo el aparato de quitarles el hueso.

La textura es aflanada y suave, esta masa de crema dulce se puede hacer fácilmente para celíacos, cambiando la harina de trigo por otra de maíz. Y para los muy golosos, lo podéis acompañar de un poco de nata, que le va de vicio.

Espero que os guste y me lo contéis!!! Un beso grande y hasta la semana que viene!!!!

Estas galletas están llenas de proteínas y grasas saludables, además son súper saciantes, y como no llevan azúcar seguro que puedes incluirlas un día a la semana en tu dieta de este verano.

Queridas amigas, hay mil maneras de complicarse la vida a la hora de hacer galletas, pero yo que me la complicado ya de todas las maneras posibles, os digo que esta vez he querido hacer una receta sin complicaciones. Si no tienes la paciencia ni las ganas de ponerte toda una tarde a cocinar, te van a encantar estas galletas, porque son súper fáciles y rápidas de hacer, solo necesitamos tener en casa los ingredientes.

La almendra molida la encuentras en cualquier supermercado, yo compro unas bolsitas de 120 gr., que es justo lo que he usado en esta receta. También podrías comprar la almendra cruda y triturarla. Cuando en una receta ponga harina de almendra me refiero también a esta almendra triturada.

Los copos de avena son una básico que tengo siempre en casa a mogollón, los tomo desde hace años en el desayuno, y ahora mucho en bizcochos y galletas. Simplemente pesa la cantidad que necesites y los mueles en el momento de hacer la receta. Yo lo hago con la trituradora, no necesitas que quede en polvo, simplemente triturar y listo.

La mantequilla de cacahuete es importante que sea de buena calidad, y que no lleve aditivos ni azúcares añadidos. También la puedes hacer tú misma en casa, simplemente hay que triturar los cacahuetes y listo. Este tipo de mantequilla, al no llevar aditivos, cuando la tienes en casa sin usar se separa el aceite, y se queda en la parte de arriba. No pasa nada, lo revuelves bien para que se integre todo, y después la usas.

Una vez repasados los ingredientes mas importantes, os cuento lo que he hecho, a la amasadora todo junto y listo. Sin dolor, darle a la amasadora hasta que se integre todo. Es una masa con mucho cuerpo, se va a formar una bola enseguida.

En cuanto tengamos esa bola cortamos el chocolate en trocitos, aquí no os pongo cantidad, ponedle a vuestro gusto. Como estas galletas las hice muy grandes, he cortado los trozos de chocolate bastante grandes también.

Mezclamos a mano la masa y las pepitas de chocolate, y formamos 6 galletas con nuestra masa, dadle la forma de galleta, porque no se expanden mucho, no vale hacer bolitas con esta masa. Las colocamos sobre papel de horno y al hornear!!!

Las metemos en el horno a 170 grados, precalentado a 190 y sin ventilador. A los diez minutos las sacamos y listo. Enfriadlas en una rejilla y a disfrutaaaaar!! Hasta la semana que viene ,-)

Este pastel es tan fácil y rápido de preparar, que te va a ser imposible resistirte, y menos aun cuando te diga que no lleva azúcar añadido. Un capricho perfecto, para que puedas seguir luciendo tipazo en biquini este verano.

Elaboración:

Cocemos la batata con su piel en abundante agua, en 25 ó 30 minutos la tienes lista, comprueba que está cocida pinchándola, si está blandita es que ya está lista. Una vez cocida es muy fácil quitarle la piel, saldrá casi entera.

Le quitamos la piel a la batata y la trituramos junto con los dos huevos, hasta obtener una crema fina. Esta va a ser la base de tu pastel, pruébalo en frio. La batata es dulce, así que no necesitas añadir ningún edulcorante, pero si eres una golosa empedernida puedes añadirle un poquito de estevia, por ejemplo.

Cortamos el chocolate en cuadraditos y lo derretimos el chocolate en el microondas, en intervalos de 30 segundos, con una par de veces lo tenéis listo, porque si lo revolvéis un poco, veréis que el calos del chocolate derretido va derritiendo los trocitos del que todavía está entero, así no lo calentamos en exceso, ni corremos el riesgo de que se nos queme. Os he puesto Lindt porque a mi me encanta, está muy rico y es de buena calidad, pero si tenéis otra marca, usad el que tengáis en casa.

Pasamos nuestra crema a un molde circular, y le añadimos por encima el chocolate, con el mando de un tenedor hacemos un par de espirales para que se integre por arriba, pero sin remover, queremos que quede solamente por encima.

Lo metemos al microondas unos 5 minutos más o menos, sabrás que está listo porque habrá crecido un poco y se habrá despegado de los bordes.

Lo dejaremos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldarlo. Si cuentas en casa con unos moldes bonitos para llevar a la mesa, este también es un poste perfecto para servir directamente en el molde, y llevarlo del horno a la mesa.

Pues ya ves que fácil y que bueno es este postre, anímate a hacerlo y me cuentas que tal el resultado!!

Un besazo y hasta la semana que viene 😉

Esta receta la cociné en directo por IG durante el confinamiento, y ha sido una de las más repetidas en casa, porque es fácil y está súper buena, así que manos a la obra!

Elaboración:

Le quitamos al lomo de salmón la piel y las espinas, si no sabéis hacerlo decid en la pescadería que os los limpien, y solucionado. Les ponemos por encima un poco de sal y de pimienta y reservamos

Rallamos el queso y lo calentamos en una sartén con la nata (he utilizado gruyere, porque va perfecto con el salmón, pero si no os gusta el queso fuerte podéis usar otro tipo)

Cuando esté todo integrado añadimos las espinacas , removemos y lo cocinamos con la tapa puesta. Van a quedar un poco líquidas, pero no quiero reducir la nata, después lo escurrimos antes de ponerlo en el hojaldre.

Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo.

Ahora vamos a coger el hojaldre, he utilizado uno ya hecho, comprad uno que tenga mantequilla, y dejadlo en la nevera justo hasta el momento de usarlo, para poder trabajarlo sin problema. Extendemos la masa de hojaldre, ponemos en el centro el lomo de salmón salpimentado y con chorrito de aceite , y sobre él las espinacas.

Cerramos el hojaldre haciendo un paquete, pasando un extremo sobre el otro, y cortando lo que nos sobre del hojaldre.

Le damos la vuelta, y lo ponemos encima de un papel sulfurizado, sobre la bandeja del horno, así quedará el salmón encima, y las espinacas debajo.

Pincelamos con huevo batido, para que se ponga de un bonito color dorado en el horno.

Ahora para decorar hacemos una trenza con los recortes y la ponemos en el centro, pincelamos la trenza también con el huevo batido. La trenza es solo una idea de decoración , podéis darle vuestro toque personal con el diseño que más os guste.

 Lo metemos al horno unos 30 ó 35 minutos y listo!!!

Para servir caliento la crema de queso que ha sobrado en la sartén y la ponemos por encima calentita. Le da un toque impresionante!!!

Hasta la semana que viene!!

Estas galletas con sorpresa de chocolate te harán triunfar seguro. Con un sabor a mantequilla delicioso y olor que invadirá toda la cocina, a qué esperas para probarlas?

Elaboración:

Mezclamos en nuestro robot de cocina el azúcar con la mantequilla, hasta que esté cremoso. En la kitchenaid yo lo hago con el accesorio de la pala, no con las varillas.

A continuación añadimos la yema de huevo, y mezclamos hasta que no se note el azúcar, y la mezcla esté de un blanco pálido.

Ahora añadimos a baja velocidad la harina tamizada, los copos de avena, la levadura y la sal. Mezclamos hasta obtener una masa unificada, durante un minuto o dos.

Precalentamos el horno a 175º sin ventilador.

Dividimos la masa en 6 partes iguales y hacemos bolas con la masa. Introducimos media onza de chocolate en el medio de cada bolita y después la aplastamos un poco con la palma de la mano. Las colocamos sobre papel de horno separadas, porque en el horno van a expandirse bastante.

Las horneamos durante unos 15 ó 20 minutos, hasta que la parte de abajo esté doradita, y las galletas se hayan hinchado ligeramente. Al sacarlas del horno estarán blanditas por arriba, así que no las toquéis hasta que se enfríen, que se pueden deshacer.

En cuanto estén templadas podemos pasarlas a una rejilla, para que se enfríen completamente, veréis que el chocolate ha formado una capita deliciosa por dentro, y que esta galleta mantequillosa se va a deshacer en vuestra boca. Son irresistibles!! Lo siento por la operación biquini de este año, dije que me iba a portar bien pero está siendo del todo imposible.

Un beso gigante y hasta la semana que viene!!

Siento decírtelo, pero en cuanto pruebes este bizcocho en casa te va a crear una adicción! No es porque sea una receta mía, pero es que esa costra por fuera y ese interior húmedo y jugoso son irresistibles.

Elaboración:

Mezclamos en un bol los ingredientes secos.

Cortamos el chocolate en onzas y lo dejamos en un bol. Calentamos la nata y cuando hierva la vertemos sobre el chocolate. Dejamos que coja temperatura, y después de un par de minutos lo revolvemos con una espátula hasta que se forme una pasta brillante.

Lo pasamos al vaso de la túrmix, y le añadimos un aguacate pelado en trozos. Turbinamos hasta que se unifique.

Ahora añadimos la cucharada de sal, y lo mezclamos a mano. A lo mejor estás pensando que esto es un poco raro, pero es que últimamente estoy creando bastantes recetas con chocolate y sal, porque es una combinación que a mi me encanta, así que el otro día pensé en hacer esta con aguacate y me ha encantado. Estoy enamorada de este bizcocho, porque tiene una combinación entre dulce y salado perfecta.

Seguimos nuestra elaboración añadiendo la crema de chocolate y aguacate al bol donde tenemos la harina, la panela y la levadura. Amasamos con la pala amasadora hasta que se forme una masa.

Ahora vamos a añadir los huevos uno a uno. Lo mejor es que lo rompas sobre una vasito, y del vaso lo eches en el bol, así nos aseguramos que no cae ningún trocito de cáscara por accidente. Amasamos, y cuando esté integrado en la mesa, añadimos el siguiente. Así con los tres.

Verás que la masa va pasando de una bola a una crema, cuando esté el último huevo integrado lo pasamos a un molde. En esta ocasión he utilizado un molde rectangular desechable de aluminio, que transmiten súper bien el calor, y en este caso ni siquiera lo tengo que enharinar, se forma una costra y en cuanto se enfría un poco, sale del molde perfectamente al darle la vuelta. Si no tienes de estos usa el que tengas por casa.

En mi horno han sido 30 minutos a 180 º, pero ya sabéis que esto puede variar un poco, pinchad con el palillo, y que salga limpio, pero no seco.